Entrevista publicada en la revista ROCKROUND nº 265.
Pecker Flamingo: «me cago en ti, en tu puta revista y en el puto Anton Palumbo»
Nos encontramos, una vez más y posiblemente por última vez, con el multi-instrumentista Pecker Flamingo, que acaba de publicar un nuevo disco (el tercero este año) bajo su propio nombre y titulado “Climbing a Mountain of Deliverance” en una accidentada entrevista. Para variar.
Por Ernesto Plumazo.
Aunque sigue siendo más conocido como guitarrista y miembro fundador de la banda de rock alternativo de los noventa Wolves In The Bed, Pecker Flamingo ha desarrollado una extensa carrera en solitario, con multitud de proyectos musicales. Y, por supuesto, la predisposición de Flamingo continua siendo la de renegar de la banda con la que cosechó cierto éxito en aquella década prodigiosa. Para prueba, nos piden explícitamente desde su oficina de management no tratar el tema de la banda, siendo este un requisito indispensable para poder realizar la entrevista.
Visitamos a Pecker Flamingo en su pequeña casa-estudio de Northwall (Inglaterra), donde se ha mudado tras un largo proceso en el que ya es su quinto divorcio. No parece estar muy relajado y fuma un cigarrillo tras otro.
RockRound: Antes de nada, gracias por concedernos esta entrevista, señor Flamingo.
Pecker Flamingo: Ya. Soy una persona abierta en lo que concierne a hablar de mi arte. Porque de lo demás no hablo. ¿Te han comentado los del sello sobre esto?
RR: Sí, sí. Ningún problema, respeto totalmente su postura al respecto.
PF: Tampoco tengo demasiado tiempo porque soy una persona extremadamente ocupada.
RR: Bien. ¿Qué podemos encontrar en su nuevo trabajo, el tercero este año y cuál cree que es la diferencia con tus anteriores discos?
PF: ¿Te refieres a los anteriores de este año, a los del año pasado o en general? Tendría que ver un listado de lo que voy haciendo porque me pierdo un poco con esto. La creatividad es un río, ¿sabes? Y a veces siento que navego por él en una piragua boca abajo.
RR: Bueno, si le parece, vamos a ceñirnos a los publicados este año, por acotar.
PF: Bueno, no tiene absolutamente nada que ver con esos álbumes. Para mí son el pasado y ahora estoy centrado en el presente. El pasado no me interesa, ni de mis discos y sobre todo, lo que hice con esa banda de la que no quiero hablar. Me has dicho que sí te habían advertido sobre lo de no hablar de esa banda de la que no quiero hablar ¿no? Porque me da la sensación de que intentas orientar todo el rato la entrevista a esa dirección y en ese caso, tendríamos que dejarlo aquí.
RR: No, no… quiero decir que sí, que ya le he dicho que sí me habían advertido. No se preocupe, no vamos ha hablar de Wolves In The Bed.
PF: Los acabas de nombrar.
RR: Pero es que usted ha sacado el tema primero.
PF: Me cago en mi puta vida. Se acabó la entrevista.
RR: De verdad, señor Flamingo que no era mi intención molestarle. No pensaba hablar sobre la banda de la que no quiere hablar. Vamos a seguir, ¿de acuerdo?
PF: Está bien, está bien. Tienes suerte de pillarme de buen humor, pero no puedo perder mucho el tiempo. Soy una persona…
RR: Extremadamente ocupada. Sí.
PF: (Silencio)
RR: Bueno…
PF: ¿Qué coño estaba diciendo?
RR: La diferencia entre este disco con los anteriores. Los anteriores de este año.
PF: Ah, eso. Bueno, he intentado distanciarme de todo ese material. Para empezar, este es un disco puramente instrumental, en la onda de algunos de mis discos antiguos, como “Prisioners of Invisible Sounds” que publiqué, creo, en abril del año pasado o “Diving into White Ether”, que también publiqué en el mes de abril del año pasado. Pero no hay nada de nostalgia, ¿vale? Todo esto ya es pasado para mí, es un enfoque nuevo. Solo me interesa lo que estoy haciendo ahora. De hecho, estoy grabando ahora mismo un doble álbum con un novedoso proceso de grabación a ciegas que me parece muy interesante.
RR: ¿Grabación a ciegas?
PF: Significa que grabo una pista sin escuchar las otras, ni tampoco sigo una claqueta ni nada. Simplemente dejo que cada instrumento hable por sí mismo de manera intuitiva y aislada y luego lo junto todo. En algunos de los temas estoy usando más de 30 instrumentos. Hay un tema llamado “40 tracks”, por ejemplo, que tiene 45 pistas.
RR: Eu… ¿Y eso suena bien?
PF: Pues ni idea, pero es que ese es un enfoque equivocado. ¿Qué es sonar bien o mal? Esto va mucho más allá de esa convención obsoleta, estamos hablando de sinergias que el propio sonido crea y que van mucho más lejos, buscando su propio espacio. Es un proceso altamente intelectual. Música para músicos. Vanguardia, arte ¿me sigues? Entiendo que precisamente los periodistas musicales no estáis familiarizados con estos conceptos.
RR: Se ve que no. Pero volviendo al disco, han colaborado músicos como el belga-paquistaní Asuhfu Sharmakandanka en el vibráfono sordo o la clarinetista soprano contorsionsita turco-chipriota Tabule Delpapin. ¿Cómo surgen estas colaboraciones?
PF:No sé de qué coño estás hablando. ¿Estás seguro de que esa gente ha tocado en este disco?
RR: Sí, bueno, lo pone en los créditos.
PF: No tenía ni idea. Pues imagino que los conocí en algún retiro espiritual que hice en Katmandú, entre mi tercer y cuarto divorcio, no lo tengo demasiado claro. Pero sí sé que era un retiro espiritual. Estoy prácticamente seguro. Porque soy una persona muy espiritual, me va mucho el rollo ese de la gente haciendo el mono por los montes, estoy muy sensibilizado con todo ello. Me compré una túnica de esas y todo. Supongo que los vería por allí y me fascinó lo que podían llegar a hacer con sus instrumentos.
RR: ¿Tocó con ellos o los escuchó tocar en ese lugar?
PF: Menuda ridiculez. Por supuesto que no.
RR: ¿Entonces?
PF: Eso sería lo fácil. Un buen músico no necesita ni escuchar ni tocar música para crearla. Pensarla es suficiente. Cree un montón de música en esos sitios, pensándola. Y pude ver que ellos pensaban la música de una manera que conectaba con cómo la pienso yo. Así que simplemente les pregunté que si querían grabar algunos discos conmigo. No creo que entendieran nada de lo que les estaba diciendo, pero eso favoreció el proceso creativo. La desorientación siempre ha sido un ingrediente fundamental en mi música. En mi música de ahora, claro. Antes era todo tan previsible. Cuando tocaba con la banda esa de la que no quiero hablar era todo tan anodino y vulgar que me da hasta un poco de pena pensar en ello. Si algo destacó a pesar de ello, sería porque llevaría yo las riendas, obviamente. Pero no me insistas más en ello porque no voy a entrar al trapo. Si no llegas a sacar tú el tema, yo ni me acordaría de los putos Wolves in the Bed.
RR: Entiendo, pero sobre el disco…
PF: Es que me jode que se insista tanto en ese tema, es muy molesto. Creo que ya he dicho en multitud de ocasiones que la época de Wolves in the Bed me importa una mierda. Y también creí haber dejado bien claro que no pensaba hablar del grupo y de ese pedazo de mierda andante que es Anton Palumbo, ya que te interesa tanto. Sólo pienso hablar de mi nuevo disco “Searching a Eyed Formed God In the Middle of Nowhere”.
RR: El disco que presenta ahora es “Climbing a Mountain of Deliverance”.
PF: ¿Seguro? ¿No es el de Searching y lo que sea? Joder, hubiera creído… Estoy grabando dos o tres discos a la vez ahora mismo y es posible que se me crucen un poco. Creo que estoy grabando dos, pero igual son más, no lo sé. Pero bueno, este seguro que también es un buen disco, aunque para mí ya sea pasado. Ya te digo que estoy centrado en lo que estoy grabando ahora, sea lo que sea eso. Y no pienso hablar de esa rata de cloaca que es Anton Palumbo. No pienso malgastar saliva hablando de gusanos.
RR: Eu, de acuerdo. Entonces, volviendo al disco…
PF: Mira, solo te diré una cosa y juro que es lo último que digo sobre este tema en lo que me queda de vida. Todo lo que diga Anton Palumbo es una simple y vulgar puta patraña de mierda. Toda la culpa de la separación la tiene él. Te ha dicho lo contrario ¿verdad? Pues miente como el gusano que es. Él destruyó nuestra carrera y ahora que ya no puede vivir de mi talento como una sanguijuela, va por ahí dando tumbos sin sentido. ¿Has visto lo que hace ahora el muy desgraciado? Telonea a bandas tributo de Wolves in the Bed. ¿Se puede ser más ridículo? Me da tanta pena… Es absolutamente patético.
RR: Vale.
PF: Es que los periodistas nunca tenéis suficiente. Siempre sacando el puto tema. Entiendo que ahora las cosas funcionan así, el morbo y todo eso. Pero yo solo quiero hablar de mis putos discos. Pero hay que acabar hablando de los putos Wolves in the Bed de los cojones. Pues ¿sabes lo que te digo? ¿Quieres un puto titular? Puede ser el siguiente: me cago en ti, en tu puta revista y en el puto Anton Palumbo. No volveré a estar en una habitación con él ni por todo el puto oro del mundo y a tu revista le pueden dar mucho por el culo también. Mira, se acabó, creo que he tenido mucha paciencia con vosotros. A la puta mierda ya, hostia.
En un ataque de ira, Pecker Flamingo empieza a romper el mobiliario y se marcha airado, sin recordar que está en su propia casa y que los que deberíamos marcharnos somos nosotros. Esperamos en un sofá. Cuando repara en ello, vuelve y nos grita para que nos vayamos de allí.
Por lo menos, esta vez, no ha intentado pegarme un puñetazo.