31.5.24 Ver Online
Las cosas de Jose Azorín
CARTA #5.

Mientras escribo suena Floating on a Moment de Beth Gibbons

Hola;

Espero que estés muy bien o por lo menos mejor que hace dos semanas.

Me gustaría hablarte de algo a lo que llevo dándole vueltas desde hace unos días. Verás, decía Alan Moore que la magia y el arte estaban muy relacionados porque ambos conceptos se basan en crear cosas de la nada. Y por el camino, alterar la conciencia (la del creador y la del receptor). 

Por cierto, no sé si sabías que en su origen, las palabras magia, arte y tecnología eran análogas.

Recuerdo darme cuenta de ello (sin conocer este aforismo de Moore) de manera abrupta hace casi 25 años, cuando empecé a tocar con un grupo de amigos, que tiempo después comenzaríamos a crear música bajo el nombre de Midnight Mystery Theatre.

En uno de nuestros primeros ensayos, aún siendo tremendamente torpes con nuestros instrumentos, así lo sentí. Unos intérpretes e instrumentos que emitían ruidos caóticos pero que eran capaces de coordinarse para crear algo que, con toda la distancia del mundo, se parecía a la música que queríamos sentir y escuchar.

Aquello, a falta de una palabra mejor, me pareció magia y es una emoción que sigo sintiendo hoy en día cuando creo una pieza musical.

Realmente no hay nada místico en ello, se parece más a un castillo construido con palillos. De lejos es una estructura sólida, pero no dejan de ser palillos ordenados. Y eso es lo que resulta fascinante.

Una especie de estática se queda en el ambiente después de haber compuesto una canción que una hora antes no existía en el mundo. La sensación es extraña y reconfortante, pero sobre todo es rara. Parece que realmente haya ocurrido algo relevante en ese acto de expresión y comunicación. Durante unos momentos, cuando he creado algo nuevo y excitante, el mundo tiene algo de más color y siento como si realmente algo se hubiera movido o cambiado en el mundo. Suena tremendamente pretencioso, pero la sensación es justamente esa. Durante unos momentos.

Luego, la realidad se impone, implacable y te demuestra que esto no es así. Aunque no del todo. Como dije en otra carta, el mundo no cambia, pero tú sí has cambiado un poco. Lo que queda es la sensación de haber creado algo que no existía de la nada.

Magia.

Es increíble que la modulación de ondas de sonido y vibración en el oído pueda provocar tantas sensaciones, module tu estado de ánimo, deje aflorar sentimientos (también recuerdos) y haga que tu cerebro segregue neurotransmisores de manera natural

Esto, por supuesto, se intensifica exponencialmente al tocar en directo y también ocurre al acudir como espectador a un concierto. Este también me parece un acto mágico, como un ritual atávico. Porque cada concierto es un acto efímero e irrepetible. Por mucho que haya girado un grupo, repita setlist y tenga un sonido similar, nunca habrá dos conciertos iguales y eso hace que cada experiencia sea única. El factor del público y esa energía que se genera y retroalimenta es fundamental. Puedes ver distintos tipos de energía y sensaciones dependiendo del contexto de un evento. Puede ser una experiencia casi primitiva, visceral y directa en una pequeña sala, como experimenté viendo a mis amigos de Efecto Lucifer hace unos días, o bien algo catártico, como fue hace un par de meses ver (por cuarta vez) a Depeche Mode en Madrid.

Al ser experiencias tan distintas, son muy difícilmente comparables, aunque el concepto base sea el mismo, el ver a una banda o artista tocando en directo. Pero si tuviera que quedarme con un contexto de disfrutar de música en directo a día de hoy, sería el primero.

No sé si tú piensas igual, pero para mí , ahora mismo, es más importante el sentir cercana la propuesta que el participar en un evento gigantesco, por muy abrumador que sea. Eso sí, no me arrepiento en absoluto de haber visto de nuevo a DM en directo, en un estado de forma realmente envidiable, además. Y pude disfrutar de un par de días estupendos junto a mi hermana en Madrid que nos vino muy bien a ambos. 

En fin, larga vida a la música y a poder seguir disfrutándola tanto escuchándola como creándola.

Detalle de la carta de Tarot "El Mago" (Collage digital 2024).

Y hablando de magia, el miércoles publiqué la primera obra de una nueva serie que voy a ir realizando. Me he propuesto representar los 22 arcanos mayores del Tarot en ilustraciones. El punto es recoger todo el simbolismos de las cartas y que estos estén representados de manera concienzuda y rigurosa pero obviando las iconografías existentes e intentado dar con soluciones formales personales. Llevarme el Tarot a mi rollo, vamos. 

El concepto de adivinación no podría interesarme menos, ya que soy un firme defensor de un existencialismo caótico y aleatorio. Nunca he creído en un plan.

Y así me va.

Pero los símbolos y su significado, me fascinan (la simbología en las creencias, en general), por lo que estoy aprendiendo y disfrutando mucho con esto. 

Por cierto, si te interesa, he abierto una tienda en Redbubble donde poder adquirir mis ilustraciones aplicadas a distintas cosas: láminas, camisetas, cuadernos... si te interesa date una vuelta y quema allí tu tarjeta de crédito. Además, las navidades está a la vuelta de la esquina, ¿no?

También he publicado una nueva y breve historieta de Lazaretto Island, dedicada a un nuevo personaje. ¿Te recuerda a alguien este personaje? Te diré que está basado en uno de mis directores de cine favoritos y que acostumbró, durante una época, a dar el parte diario del tiempo en su canal de youtube. En el nombre de la estación de radio está la clave…

Quedan pocas historietas (3 más largas y 2 más cortas)  por publicar de esta primera tanda, por lo que quedaría poco más de un mes para terminar esta primera… ¿temporada? de Lazaretto Island. No me lo creo ni yo.

Sé que me repito mucho, pero espero que estés disfrutando de la serie al menos un poquito de lo que estoy disfrutando yo al hacerla.

El señor Norma opina que solo hay algo mejor que una buena taza de café y es una segunda buena taza de café.

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UNA CANCIÓN.

No había (creo) a Chica Sobresalto hasta este momento, pero la canción que ha publicado junto a Zahara y Martí Perarnau me ha parecido un temazo, muy en la línea del Puta de Zahara, y como me ha gustado mucho, te la recomiendo por si a ti también te engancha.

℗ 2024 El Dromedario Records

UNA PELÍCULA.

Hace poco vi The Fabelman, de Steven Spielberg, una fabulación (el nombre de la película no es casualidad) sobre su propia infancia y adolescencia que me gustó mucho, sin ser una de sus mejores películas, sí es una historia muy honesta y muy bien contada. Indicar que Spielberg es uno de los mejores directores de la historia es una obviedad, pero si lo es, no es tanto por su caligrafía técnica (que es inusitada), si no por lo buen narrador que es. A estas alturas de la película (jeje) creo que este director solo tiene deudas consigo mismo y con las historias que le apetece contar. Y quería contar la suya de una manera no literal, bajo una biografía ficcionada en sintonía completamente con los postulados que plantea el film. Porque esta cinta, más allá de hablar de la difícil situación de sus padres (algo que ha sobrevolado gran parte de su filmografía) habla de la necesidad de comunicarse a través de la narración de historias para darte significado a ti mismo. Y también de cómo el cine muestra una verdad más allá de la propia realidad. El cine como espejo, deformado y distorsionado a veces, pero que refleja ciertas verdades que tienen un poso particular en nuestra memoria. 

En los mejores momentos del cine de Spielberg, las increíbles puestas en escena, movimientos y ángulos de cámara se vuelven invisibles porque estás totalmente metido en la historia. Y creo que de eso va ser un buen director. No son las grandes piruetas formales, es coger tu cabeza con las manos y no permitir que apartes tu vista de la pantalla, ni pienses en otra cosa que lo que está ocurriendo en ella. Y que luego, cuando pasan los días, te descubras pensando en ella.

¡Ah! en ella hace un cameo el director de cine del que hablaba antes… interpretando a ¡otro mítico director de cine! Qué lío, ¿no?

© Amblin Entertainment 2022

UN DISEÑADOR.

Porque no va a ser solo hacer autobombo de mis cosas, te recomiendo el trabajo del magnífico diseñador gráfico especializado en la cartelería cinematográfica, Neil Kellerhouse. Un diseñador que se sale de los tópicos y manidos carteles hollywoodienses (cada vez más insulsos) con un especial cuidado en la tipografía y que ha colaborado mucho con David Fincher. Para muestra, la serie que ha realizado para la película de la que hablé en mi anterior carta, “La Zona de Interés”. Creo que son una auténtica pasada y uno de sus mejores trabajos, y eso es mucho decir con la cantidad de carteles impresionantes que ha realizado (el de I’m Still Here sigue siendo uno de mis favoritos).

La serie de carteles de "La Zona de Interés" diseñados por Neil Kerrehouse. © Neil Kellerhouse -A24 (2023)

Me despido hasta dentro de dos viernes. Muchas gracias por leer y recuerda que si quieres comentarme algo, puedes hacerlo por redes sociales, por correo electrónico o en los comentarios de las publicaciones de la página, ya sea para comentar algo de mis proyectos o para realizarme tú alguna recomendación que deba tener en cuenta. Será genial poder leerte. 

Cuídate mucho.  Un abrazo. 

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