Se deslizó dentro de aquel club nocturno. Era estrecho y largo, como un tubo digestivo. Todo quedaba envuelto por una luz rojiza y viciada. La realidad parecía desdibujada allí dentro. Almas perdidas danzaban desganadas, como zarandeadas por manos invisibles. Otras almas intentaban encontrar algo al fondo de sus vasos vacíos. Otros en el fondo de sus fosas nasales.
Era el lugar perfecto para desaparecer para siempre.