CARTA #16 |
UNA TAZA DE CAFÉ NEGRO COMO UNA NOCHE SIN LUNA |
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En 2019 realicé un proyecto de 365 retratos (uno por día) que publiqué en Instagram. Este fue el que le dediqué a David Lynch. |
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Mientras escribo suena Good Day Today de David Lynch.
Hola;
Espero que estés bien, muy bien o, al menos, mejor que desde mi última carta.
Como ya te advertí en mi anterior carta todavía impactado por su fallecimiento, esta que te envío hoy va a estar dedicada a la figura de David Lynch.
Lynch tenía 78 años (a escasos días de cumplir 79) y una salud muy deteriorada debido a sus años como irremediable fumador. No fue una noticia que me sorprendiera en exceso porque ya unos meses antes se había anunciado que padecía de un enfisema pulmonar. Pero no por previsible ha sido menos triste. Lynch es probablemente el artista que más me ha influido, directa o indirectamente, al que más he copiado y más me ha inspirado. Tanto por obra como por filosofía de trabajo y manera de encarar la creación artística, la trayectoria de Lynch siempre me ha parecido un referente que consultar, homenajear cuando no directamente copiar o fusilar. Es irónico que acudiera a una mirada que exploraba la desorientación, desconcierto y perderse dentro de un laberinto para iluminarme, pero así es.
Me gustaría contarte que hace unos años soñé con él. Se encontraba en casa de mis padres, en la sala de estar junto a su esposa (no tengo ni idea de cómo es realmente, pero en el sueño era una señora mayor muy simpática) porque era amigo de mis padres. Habían venido a cenar a casa. El sueño no tenía nada más de particular, solo era él ahí, sentado en el sillón donde se suele sentar mi madre, charlando animadamente con nosotros. Cuando desperté, sentí una extraña sensación de familiaridad. Fue un sueño anormalmente vívido. Por otra parte, el sueño en sí, tan anodino, lo hacía perfectamente Lynchiano.
El primer contacto que tuve con David Lynch fue con ese hito generacional que nos marcó a tantos como fue Twin Peaks. Realmente fue antes con “El Hombre Elefante” que había visto en TVE2 pero no la relacioné con él hasta años después.
A mí, Twin Peaks no me dejaban verla (y además la hacían bastante tarde) pero los anuncios de Telecinco con la música de Badalamenti y la imagen de Laura Palmer envuelta en plásticos es una de esas cosas que se graban a fuego en la memoria. La fui siguiendo como pude en alguna reposición pero era complicado seguir el hilo. Twin Peaks hizo estragos en los 90 en España y mantengo la teoría que contribuyó al clima de paranoia social sobre crímenes y desapariciones que tuvimos a principio de esa década. Incluso yo pienso (y esto es algo personal) que influyó en cierta manera a potenciar un caso con el que veo ciertos paralelismos como fue el de Alcasser. Y relacionado con esto, siempre me ha fascinado la relación de Twin Peaks con la ruta del bakalao. Diálogos de la serie estaban sampleados en algunos hits que se pinchaban en las discotecas valencianas, algo que siempre me ha llamado mucho la atención y no deja de ser otra muestra más del impacto que tuvo la serie en la cultura popular de la época. Aquí, por cierto, una bola extra de la relación Lynch-Valencia. |
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Ilustración mía que la David Lynch Foundation publicó en su perfil de instagram, en 2015? No recuerdo bien, yo que sé. |
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El cartel que diseñé como homenaje a Carretera Perdida que preside el salón de mi casa. |
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Pero fue, sobre todo, a finales de los 90 e influido por un compañero de piso muy fan, cuando descubrí la obra que haría que Lynch se convirtiera en un referente total, “Carretera Perdida”. Tanto la película como su banda sonora (en la que descubrí a Marilyn Manson y Rammstein además de consolidar mi interés por Nine Inch Nails, ya que Trent Reznor produjo esta compilación muy ecléctica, donde además de NIN te podías encontrar a Angelo Badalamenti, David Bowie, Smashing Pumpkins, Lou Reed, Antonio Carlos Jobim o Barry Adamson, ex-Bad Seeds). La película, increíblemente hipnótica y oscura, se convirtió en uno de mis films favoritos y es una rara muestra de película que funciona como si fuera un disco, tan disfrutable en su conjunto como por piezas, como esta que considero una de las escenas más inquietantes que he visto.
A partir de ahí iría buscando el resto de su escueta filmografía (solo hizo dos películas más de esta) y siguiendo sus pasos o nuevas chifladuras con interés.
Porque Lynch igual te pintaba un cuadro que te componía un disco que te hacía un corto de animación o te diseñaba un mueble. Era tremendamente polifacético y en todo lo que hacía dejaba un sello personal carente de cualquier atisbo de tendenciosidad (posiblemente Carretera Perdida sea el intento más evidente de conectar con la chavalada de la época y joder, lo consiguió). Su universo personal era tremendamente icónico y desconcertante. Lleno de tabaco, tazas de café, Femmes Fatales y chicas inocentes, tipos malos y chicos buenos, habitaciones pequeñas y mal iluminadas. Sus películas tienen ese aura de estar compuestas por alguien que pinta, donde la luz es un personaje más. David Lynch pasó su carrera penetrando en la cara más oscura de la cultura norteamericana y la contrastaba contra la american way of life de tartas de cerezas y domingos cortando el césped.
Incluso los anuncios que dirigió no pudieron evitar de tener su esencia y obsesiones. Algunos de los mejores los hizo para Sony y Playstation, sorprendentemente.
Su última gran obra fue la tercera temporada de Twin Peaks. Ahí pudo ser el Lynch más libre, salvaje, iconoclasta y vanguardista por lo que creo que fue un broche de oro a su carrera.
Su última aparición, por cierto, fue como cameo interpretando a John Ford en la estupenda “The Fabelman” de Steven Spielberg*. Su última frase es “my pleasure (un placer)” seguido de una sonrisa socarrona.
No es un mal epitafio.
Como te digo, desde que comencé a hacer cosas, he tenido a David Lynch como una importantísima referencia. En ilustraciones (el retrato que acompaña esta carta fue publicada por su cuenta oficial) diseños, música… Posiblemente el momento más evidente de su influencia en mí fue toda la imaginería (y ambientes sonoros) del disco K de Midnight Mystery Theatre (también su diseño de sonido). En el último disco del grupo, Golgotha, además, había una canción totalmente inspirada en Lynch con diálogos y sonidos de Terciopelo Azul.
Hotel Noviembre, un proyecto de tebeo que llevo pensando desde hace bastante tiempo y que retomaré en cuanto acabe esta temporada de Lazaretto Island, tiene también una influencia inevitable de Lynch.
Precisamente el último homenaje que le hice fue convertirlo en el Señor Norman en Lazaretto Island. La emisora de radio KPJK (una emisora de radio que salía en la tercera temporada de Twin Peaks). David Lynch se pasó una temporada haciendo un reporte diario del tiempo y a mí eso me hacía mucha gracia, de ahí saqué la idea. Y como te comenté en mi última carta, la historieta que publiqué el día de fin de año de 2024 era otro homenaje directo a Lynch.
Creo que el legado e influencia de David Lynch, así como su manera de hacer las cosas, me va a continuar acompañando siempre. El mundo es un poco más gris y menos creativo ahora, es inevitable. Además, son muy tiempos oscuros a pesar de lo que él dijera. La gente creativa no sobra y parecen tener tendencia a desaparecer pronto.
Sin embargo, los bastardos que lo están jodiendo todo dan la sensación de tener una salud de hierro.
Tomad una buena taza de café negro como una noche sin luna en su honor y recordad: las lechuzas no son lo que parecen.
* Por cierto, Spielberg tomó muy buena nota de su encuentro real con John Ford que recrea esa escena. |
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Ay Jasper, ¿dónde/qué te has metido? |
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EL AUTOBOMBO
Nueva historieta de lazaretto Island publicada hoy viernes. La más lisérgica que he hecho hasta el momento. Las aventuras de Jasper Nikto en el TOXICOSMOS (un palabro que aparece en una canción de Los Planetas y me hizo gracia. La palabra, no la canción, que es bastante mala. Y como intento siempre no meter hate en estas cartas, mejor que deje de hablar de este grupo).
Aunque aún faltan algunas historietas por publicar (quedan 5 o 6), estamos llegando ya a la conclusión de la segunda temporada de Lazaretto Island.
Cuando esta acabe, tomaré un pequeño descanso de la serie, hasta la vuelta del verano para poder encarar otros proyectos que me gustaría desarrollar. Así la serie se asienta un poco. Cuando termine esta tanda de historietas, tendré básicamente un libro que me gustaría publicar. No sé cómo o de qué manera, pero serás de las primeras personas en saberlo cuando lo tenga claro.
¿Te lo estás pasando bien? ¿Te está gustando? No dudes en escribirme si quieres comentarme algo al respecto. El feedback es escaso y siempre es muy bien recibido.
La semana pasada publiqué también una entrevista a Anton Palumbo. Fue muy divertido crear la portada del fanzine (además de que el hacerla con mucha prisa le sentó bien). ¡Ha sido algo que me ha generado un montón de ideas para futuros vericuetos de Lazaretto Island! La verdad es que, como ya te comenté en otra carta, disfruto mucho haciendo estas cosas, expandiendo el mundo de Lazaretto Island con memorabilia, entrevistas, documentos... Es algo que gozo mucho como lector también.
Además de todo esto, publiqué una nueva carta de tarot (la sexta), la de Los Enamorados. Una de las más complejas de hacer hasta el momento, por la cantidad de elementos que componen la escena. Va a ser laborioso, pero espero acabar la baraja este año. Pasito a pasito. |
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En el momento de la entrevista, a Anton no le iban muy bien las cosas. Tampoco es que ahora le vayan mejor... |
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Detalle de la carta de tarot dedicada al Arcano Mayor Los Enamorados. |
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NO HAY BANDA PERO SÍ HAY BANDA
Esta semana me es complicado recomendar cosas, por tiempo. En la próxima carta te prometo que te recompensaré con creces.
Mientras tanto, te recomiendo, si no has visto la obra de Lynch, que lo hagas. También escuchar sus bandas sonoras, compuestas por el maestro Angelo Badalamenti. Reconozco que no es para todo el mundo, pero si no has visto nada suyo o solo has visto Twin Peaks, dale una oportunidad. Como toda la obra de autor, o entras en ella o no entras. Y no pasa nada por no hacerlo, porque esa es la gracia también de las obras tan personales y peculiares, que no conectan con todo el mundo. Su obra maestra es Terciopelo Azul y es la que creo que ejemplifica todo su universo con la ejecución más acertada, pero mi favorita sigue siendo Carretera Perdida. En esa linea, pero todavía más críptica, está Mulholland Drive y no me atrevo a recomendar su último film INLAND EMPIRE (se escribe en mayúsculas) porque posiblemente sea café para muy cafeteros, y eso es mucho decir. Es bastante inconexa y experimental, con todo lo bueno y malo que conlleva algo así.
Corazón Salvaje es posiblemente su película más violenta y sexual. También con la que más me cuesta conectar y no sé bien porqué, me resulta incómoda de ver. Y también puedes ver sus películas más convencional pero no por ello menos geniales, la maravillosa y sensible Una Historia Verdadera o la compasiva El Hombre Elefante. Y si todo lo anterior te convence, prueba a sumergirte en la absoluta locura y excentricidad que es Cabeza Borradora, su film más experimental.
Dune la dejo un poco fuera, porque al primero que no le gustaba es a él. Es una peli fallida con un diseño de producción magnífico, de la que sospecho que ni haber podido decidir el corte final (el no tenerlo le pesó toda la vida y definió su relación con Hollywood para siempre) hubiera mejorado algo...
Por cierto, estoy revisitando Twin Peaks y la estoy disfrutando un montón. A pesar de que no sea ni mucho menos perfecta y pegue bandazos como un conductor borracho, la atmósfera que crea pocas veces se ha vuelto a igualar. |
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Y con esto me despido hasta dentro de dos semanas. Gracias por leer y recuerda que si quieres comentarme algo, puedes hacerlo por redes sociales, por correo electrónico o en los comentarios de las publicaciones de Cocotte Minute, ya sea para comentar algo de mis proyectos o para realizarme tú alguna recomendación que deba tener en cuenta. Será genial poder leerte.
Cuídate mucho.

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