|
Mientras escribo suena Berghain de Rosalía
Hola;
Espero que estés bien, muy bien o, al menos, mejor que desde mi última carta.
Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que te escribí, lo sé. He tenido que dejar un poco aparcada esta manera de comunicarme contigo porque han sido unos meses muy intensos a varios niveles. Profesionalmente por un lado pero sobre todo a nivel personal.
Desde el mes de junio vengo gestionando un proyecto vital e importante (más bien la primera fase del mismo, que ha sido bastante kafkiana) que ha requerido de gran parte de mi energía y ánimo. Es algo de lo que te hablaré próximamente, pero todavía estoy pensando en la mejor manera de hacerlo.*
No sé si usaré esta vía u otra para documentar la evolución de esta aventura, pero sea como sea, te lo comunicaré por aquí dentro de un tiempo, no te preocupes.
Mientras tanto, ahora que parece ser que las aguas se han calmado un poco (al menos de momento), creo que es un buen momento para tomar un respiro y escribirte y ponerte un poco al día de algunas cosas.
Como te comentaba, vengo de unos meses bastante intensos a muchos niveles que han requerido que desconectara un poco de mis proyectos personales, o más bien, tomarlos con algo más de calma.
He dibujado mucho menos y desde que publicamos el disco Niña de Fuego, apenas he jugado con sonidos (algo que ya te adelanto acaba de cambiar drásticamente).
Es normal que esto ocurriera, viniendo de una época de esta publicando muchas historietas en Cocotte Minute y también con la resaca de la finalización del disco.
Pero es bueno desconectar y volver a reencontrarte con una pulsión. Porque vuelve, siempre vuelve. Llega un día que necesitas volver a dibujar. En ese sentido, estas disciplinas siguen siendo lugares seguros donde poder desconectar de la realidad, abstraerme y jugar.
Aún así, durante el mes de julio, debido a la situación estresante por la que estaba pasando, en cierta medida me refugié en el arte, en la expresión. Como válvula de escape o como clavo ardiendo, no lo sé.
Pero funcionó.
Y una vez más, ahí encontré un refugio y una tabla salvavidas. También, en algún momento, te hablaré del proceso de manera más pormenorizada.
Parece que evito hablar de algunas cosas de manera clara y directa ¿verdad? Sin ser yo político ni nada de eso. Discúlpame por ser un poco críptico, pero es que si algo he aprendido es a no precipitarme y a decir las cosas cuándo se deben de decir, ni antes ni después. Algo que no siempre he hecho.
Cada cosa a su tiempo.
Además, sí que tengo bastantes novedades que contarte, pero son cosas que encajan mejor dentro de la siguiente sección, la del autobombo. Es más, son tantas novedades, que ciertas cosas cosas interesantes ocurridas este verano, como mi viaje a Perú, tendrán que esperar a la siguiente carta para ser contadas.
*No, no voy a ser padre, calma. |