Mientras escribo suena Bela Lugosi's Dead de CHVRCHES
Hola;
Espero que estés muy bien o, al menos, mejor que desde mi última carta.
Aunque debería haberla mandado la semana pasada, preferí esperar a esta para que mi carta coincidiera con el estreno de la segunda temporada de Lazaretto Island.
Cuando leas la historieta con la que arranca, publicada hoy (l¡a número 16 ya!), entenderás por qué hoy era el día adecuado para publicarla.
Hoy se celebra Halloween, jalogüin o como lo quieras llamar. Un@s lo celebran y otr@s lo odian por ser otra mierda más que nos endosa el capitalismo yankee. Ese debate no me puede dar más igual. Mi opinión personal, en el caso de que te interese, es que a mí todo lo que sea celebrar, me parece bien y esta respuesta la puedes extender a cualquier celebración. Aún no necesitando que se me indique un momento en particular para disfrutar del reverso tenebroso de las cosas (porque lo llevo en el ADN), parece que la llegada del otoño anima a disfrutar más de ello. Será la llegada del otoño, el viraje de las hojas, la lluvia o las mañanas de niebla, pero hay algo reconfortante en ocultarte bajo una manta y disfrutar de películas, libros o tebeos de terror.
Me atrae mucho el terror y las historias paranormales desde niño y no es porque no me diera miedo, al contrario, me aterrorizaba (y lo sigue haciendo). Me recuerdo viendo este tipo de películas a escondidas (Recuerdo ver “La Profecía” furtivamente bajo unas butacas en la sala de TV de un club social al que iban mis padres), aunque la verdad, es que no fui un niño muy controlado en ese aspecto (soy uno de esos de mi generación criados por la TV por suerte o por desgracia). Cuando alquilaba películas del videoclub con 10 u 11 años, mi madre me preguntaba si “eran para ella”, lo que significaba si su contenido tenía monstruos, sangre o violencia. Bueno, pues a veces lo que alquilaba no era para ella, no.
También he de decir que la protección a la infancia en lo que se refiere a los contenidos brillaba un poco por su ausencia. Tenías películas como “Gremlins” que no dejaban muy claro si eran para niños o no, porque caminaban por una línea muy fina y ambigua de mezcolanza de géneros y tonos, y eso era algo bastante común en los 80. Programas como la muy reivindicada ahora “Bola de Cristal” eran un desfile de monstruos, cosas raras y estética “goth”. Programaban “Los Munster” y sonaba Parálisis Permanente. Por las tardes emitían programas musicales y yo veía hipnotizado el videoclip de “Lullaby” de The Cure, que me inquietaba, horrorizaba y atraía a partes iguales. Y quedó grabado en mi imaginario particular.
La verdad es que debido a todas estas cosas, algunas señales de atracción por la oscuridad empezaron a florecer. Yo me pintaba las uñas de negro en el colegio con lápiz y más de una vez me mandaron a lavarlas al verme, horrorizada, mi maestra. Y todo era porque había visto al monstruo de Frankenstein llevarlas así. Veía hipnotizado “La Tía de Frankenstein” por las tardes en casa de mis abuelos, que se supone que era para niños pero a mí me acojonaba un poco.
En mi adolescencia coleccionaba revistas sobre el tema paranormal porque para mí era una fuente inagotable de ficción y flipamiento. Algo parecido me ocurría con "Cuarto Milenio". Me parecía un divertido programa de majaderías sin sentido por parte de gente alucinada, como cuando te juntas con amigos y empiezas a hablar de estos temas con propiedad y una gravedad impostada.
Mi ingenuidad no me hizo darme cuenta de que realmente hay gente que cree en estas cosas, las toma en serio y que está muy pillada por el tema. Algunos pueden llegar a ser potencialmente peligrosos. Al final no sé muy bien si es más alarmante creer en cosas o negarlas, pero sí sé que la combinación de ambas es terrible.
Ahora ya estas cosas no me hacen tanta gracia por lo que te he comentado. Gasolina para conspiranoicos y negacionistas.
Una vez leí un texto de Isaac Asimov que decía que no creía en los fantasmas ni fenómenos extraños, pero que ni en broma pasaría la noche en una casa encantada. Yo soy de esa misma opinión.
Pero bueno, como ya te he comentado en otras cartas, amo este género, toda la parafernalia relacionada y me encanta pasar miedo viendo una peli. Particularmente los vampiros, mis criaturas de la noche favoritas. A los que más me han influido o gustado les dediqué un tintubre el año pasado en Instagram, por si quieres verlo.
Por todo ello, me parecía adecuado hacer una carta que girara en torno a todo este mundillo de monstruos, fantasmas, brujas y cosas malrolleras. Y a todo lo que se esconde tras las sombras y que hace que nuestra imaginación burbujee. |