Mientras escribo suena Dryland de I Häxa.
Hola;
Espero que estés muy bien o, al menos, mejor que desde mi última carta.
Sorpresa, he vuelto.
Como te comenté en mi última carta a finales de julio (y aprovecho para decir hola a los recién llegados), estas cartas volverían con el otoño. Y aquí están.
Es un poco raro hablar del verano a estas alturas, ¿verdad? Porque parece que haga millones de años de aquello. Pero bueno, espero al menos que hayas pasado las mejores vacaciones posibles. En mi caso, con sus picos y sus valles emocionales y de otra índole. He intentado, eso sí, tomármelo con calma y descansar. Creo que al menos eso lo he conseguido. Además, pude viajar a algunos sitios muy estupendos. Te hablaré de ello en otra carta porque temo que esta quede un poco larga de más.
De lo que también he descansado es de mis proyectos personales. Necesitaba tomar algo de distancia de ellos porque, no te lo voy a negar, he acabado un poco saturado y agotado. Sobre todo, obviamente, con Lazaretto Island, que me ha absorbido mucho. Hacer tebeos es durísimo. Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión, pero cuando perpetro algo, lo que suelo sacar es, ante todo, un renovado respeto por la disciplina en cuestión y por los y las profesionales que la ejercen. Admiro mucho a la gente que hace tebeos.
Ahora mucho más, la verdad.
Por tanto, estas vacaciones (siempre digo que insuficientes y que si duraran varias semanas más también lo serían) ante todo he intentado desconectar también de todo lo que hago, disfrutando de los días y noches estivales. Este verano el cuerpo me pedía calma y mucho descanso y no quería cometer el error de otras veces de ignorarlo.
Aún así, los últimos días de agosto retomé las mezclas del disco de Niña de Fuego. Está, creemos, quedando muy chulo. Lo interesante de volver a mezclar canciones que ya habíamos publicado es que hemos tenido tiempo para que se asienten y poder retomarlas con oídos frescos. Esto supone, principalmente, corregir errores o cambiar cosas con las que no quedáramos del todo conformes. Y ya puedo ver que, principalmente, las canciones están ganando en claridad. Como si estuvieran más enfocadas o nítidas. Se debe a eliminar ciertos arreglos o sonidos superfluos para evitar que la canción no se diluya o emborrone. Esto también ha contagiado a las canciones nuevas (casi la mitad del álbum es material inédito). Estamos avanzando, sin prisa y sin pausa. Tanto Patri como yo estamos cuidando mucho de la forma y el fondo, porque no queremos que sea solo la recopilación de canciones publicadas con algo nuevo. Realmente queremos que tenga sentido como unidad y conjunto.
Pero bueno, el caso es que ha entrado ya el otoño, vuelve el colegio y comienza el año. Para mí (y para mucha gente) el año comienza en septiembre. Yo siento que es realmente cuando empiezas de nuevo. También coincide con que mi cumpleaños es en ese mes, por lo que la sensación de empezar un nuevo ciclo es total. Una nueva vuelta al sol.
He publicado una nueva cabecera para mi web con el estreno de esta nueva estación. También puedes verla aquí.
Otoño es también mi estación favorita. Aunque me sumerge en un estado de nostalgia y melancolía casi permanente. También de algo de tristeza, potenciada porque los días cada vez sean más cortos y la luz más débil y almibarada. Pero es una tristeza un tanto agradable y dulce. No sé si me entiendes. Hay una palabra para esto y la inventó Kurt Cobain, Sappy.
Me gusta que todo vire de color y que el viento venga frío por las mañanas. De pequeño me gustaba mucho el olor que había por las calles que provenía de los restos de uva de la vendimia que despedían los remolques que iban a las bodegas. Era un olor ácido y fuerte que hacía que me picara la nariz. Para mí es todavía el olor del otoño.
Y sobre Lazaretto (y otras cosas de las que todavía no puedo hablar), he empezado oficialmente a retomarlo. Reconozco que en estos momentos, volver a Lazaretto Island se me ha hecho un poco cuesta arriba. Es ese momento de la caminata en la que estás cansado de andar y te das cuenta de que te queda bastante para llegar a la cima de la montaña pero también está muy lejos la línea de salida y no es posible volver atrás. Por lo que solo queda el seguir caminando, aunque no puedas hacerlo con la misma energía (de entrada) que antes. Pero también sé que andar poco es mejor que no andar nada. Y que retomar el ritmo es solo cuestión de tiempo. Es posible que publique con más espacios que la anterior temporada, pero esto es algo que solo descubriremos cuando ocurra. Solo espero que te siga apeteciendo acompañarme en esta aventura.
Como cuando empezaba el colegio cada septiembre, hay algo de excitación, pereza y miedo. Pero he de decir que ya he empezado a trabajar en la segunda temporada de Lazaretto Island y a final de mes empezaré a publicarla, que creo que le va a pegar bastante a la historia. Revisando las historietas nuevas, creo que esta segunda temporada va a ser un poco más oscura que la anterior, pero espero también que el humor siga siendo un eje principal en la serie. Es que, como ya te he comentado en otras cartas, aunque yo tenga claro el argumento y dirección de la historia, los personajes a veces hacen lo que les da la gana y eso es lo más maravilloso que puedes experimentar como creador.
Por supuesto, te enterarás de todo por aquí y en Cocotte Minute. ¡Espero que te apetezca volver a reencontrarte con estos personajes! |