12.7.24 Ver Online
Las cosas de Jose Azorín
CARTA #8

Mientras escribo suena "Turning Teeth" - Jesus & The Brides Of Dracula

Hola;

Espero que estés muy bien o por lo menos, mejor que hace dos semanas. 

Esta es la octava carta ya, y solo me sirve decir esto para comprobar la velocidad con la que pasa el tiempo. ¿No fue ayer cuando mandé la primera carta? ¿En serio?

El tiempo es un concepto que gira alrededor de lo que te voy a contar hoy. 

Pero antes, indicarte que el hecho de que sea la octava carta también sirve para ser consciente de que en ellas se ha creado una estructura definida desde la primera, aunque reconozco que esto no ha sido pretendido. Me refiero a que suelo comenzar mi carta con lo que me ronda en la cabeza estos días, luego te indico las novedades y actualizaciones de Cocotte Minute y por último te hago recomendaciones sobre cosas que me parecen interesantes. 

Soy un defensor de que cuando ya tienes asimilada una estructura definida, es el momento de romperla.

Así que lo primero que voy a hacer es recomendarte algo, un libro, porque llevo días queriéndote hablar de ello. Vamos allá:

UN LIBRO.

Como te comenté en una carta anterior, tenía planeado releer "Momo", de Michael Ende este verano. Bueno, pues lo he leído ya. Lo leí por primera vez de niño (9 años tenía) y aunque tenía la novela muy borrosa, algunas escenas estaban grabadas en mi cabeza (debido también a la versión cinematográfica que vi muchas veces en aquella época). Como te comenté, siempre me surgen un poco de dudas a la hora de revisitar cosas que han sido importantes en mi infancia, porque pueden llevar a la decepción y deslucen el recuerdo. En este caso, ya te adelanto de que no solo no ha sido así, si no que este reencuentro me ha dejado más afectado (positivamente) de lo que pensaba. 

Cuando leí "Momo" de niño, recuerdo mi preocupación por la protagonista, porque no tenía padres y no se sabía su origen. Eso a mí me afectaba mucho y solo deseaba que Momo fuera mi amiga para que no estuviera sola, (sufría mucho con eso). También recuerdo que los hombres grises me daban miedo y que tenía la certeza de que a mí nunca me engañarían. 

Qué equivocado estaba. 

Lo primero que he comprobado es que los hombres grises me siguen dando miedo, pero esta vez lo que más me ha afectado no han sido las circunstancias de Momo, (aunque me seguiría gustando que fuera amiga mía). Tampoco me interesa su pasado, porque es irrelevante. Lo que me ha golpeado fuerte es comprobar que he sido totalmente engañado, yo también, por los hombres grises.

Este libro ha vuelto a mi vida en un momento ideal. Casualidades. Un momento en el que me estoy replanteando muchas cosas. Entre ellas la gestión de mi tiempo, el cual cada vez es más valioso por escaso. Porque el tiempo es el verdadero protagonista de este libro. De pequeño esto no me preocupaba, porque el tiempo parecía casi infinito. Ahora, todo esto es diferente. Porque me pregunto si lo empleo de la mejor manera posible.

Y no me refiero a si lo rentabilizo, si soy eficiente, si crezco profesionalmente, si me enriquezco. Ahora me pregunto si disfruto de mi tiempo. La respuesta, como podrá ser, seguramente la tuya, es que a veces sí y a veces no. 

Cuando en la novela sale el personaje de Gigi Cicerone, un contador de historias que anhela el éxito, no he podido dejar de verme reflejado. En la novela, los hombres grises lo engañan, le otorgan todo lo que cree haber deseado siempre y esto le llena de una total sensación de vacío. Me he identificado mucho con esto.

Es muy curioso perseguir el éxito cuando ni siquiera sabes como definirlo. También es curioso tomar este concepto (el éxito) como meta, cuando como mucho puede que sea un punto (muy efímero) en el camino. Lo perseguimos con la promesa de que cuando llegue ese momento, pararás a disfrutarlo.

Tengo la sospecha de que eso es imposible. No creo que, cuando anhelas esto, llegue un punto en el que te des por satisfecho*.

Y lo sé porque si no disfruto (y valoro) lo que tengo ahora, ¿que cambiaría entonces?

Los hombres grises nos engañan para que nos desnortemos y nos obsesionemos por cosas que se esfuman como el humo, por promesas de prosperidad impuestas por un sistema que solo quiere que consumamos y produzcamos sin parar. También nos programan para no tener nunca suficiente. Y también para que dejemos de valorar lo que siempre nos ha hecho sentir bien. 

Verme reflejado en este sentido me ha hecho reflexionar bastante sobre ello, porque llevo un tiempo intentando escaparme un poco de esa rueda e intentar, en la medida de lo posible, hacer las cosas que simplemente me hacen sentir bien.

Que no es poco.

No es algo que se pueda conseguir de la noche a la mañana, pero sigo intentando transitar ese camino. 

Te decía que no sabría decir lo que es el éxito, pero si me paro a pensarlo, he superado con creces las fantasías de éxito que tenía de niño. ¿Sabes cuál era?

Que un día yo contaría mis propias historias en  historietas. También que me podría ganar la vida dibujando o algo parecido.  

He conseguido realizar ambas cosas, pero lo que más valoro es que son cosas que me siguen haciendo sentir bien, a pesar de todo. Digo esto ahora muy convencido, pero es muy fácil que lo olvide y los hombres grises vuelvan a engañarme. Intentaré estar alerta siempre porque siempre acechan.  Intenta que no te atrapen a ti también. 

Dicho esto, " Momo", además de ser un libro muy bellamente escrito y una reflexión profunda sobre el concepto del paso del tiempo, es una fábula con un poso muy crítico con la sociedad actual. Es llamativo lo vigente que continua siendo, para ser un libro de principio de los 70. Michael Ende vio los peligros del liberalismo y el capitalismo y de lo que hace este sistema con las personas. No solo no ha cambiado nada, si no que ha ido a peor. Solo hay que ver como están las cosas para comprobar que los hombres grises nunca van a tener suficiente. Nunca. 

En estos días grises (cada vez más oscuros, como los trajes de estos malvados), leerlo puede hacerte sentir lo mismo que cuando Momo te escucha: la alegría que produce disfrutar de las cosas auténticas de la vida y un atisbo de esperanza. 

En el equipo de Momo, siempre.

*A los ricos le pasa lo mismo con el dinero, por lo que sea. 

La portada de la vieja edición de Alfaguara que leí de pequeño. La ilustración, por si no lo sabías, es del propio Michael Ende. 

La cantidad de guiños, chistes privados, homenajes y chorradas que meto en Lazaretto Island es inabarcable, pero aquí un botón: la imagen que ilustra el artículo publicado esta semana es una homenaje a la mítica portada de Nirvana en la Rolling Stone.

Portada de Rolling Stone ©Rolling Stone. 

La semana pasada, fundamentalmente por motivos de salud (un consejo, nunca bajéis escaleras a toda velocidad con chanclas mojadas, es algo que he aprendido demasiado tarde), no pude publicar actualizaciones de Lazaretto Island. Pero esta semana creo que lo he suplido con creces.

  • Por un lado he publicado una artículo añadiendo un poco de trasfondo a los protagonistas de la historia. Disfruto mucho con este tipo de cosas, creando y expandiendo este universo. La historia de la música popular es un pozo de inspiración inagotable y he consumido tanta biografía y documentales de músicos que es el formato que me cuesta menos escribir y desarrollar. Además, es divertidísimo. Espero que disfrutes tú también leyéndolo. 
  • También he publicado una nueva historieta de Lazaretto Island, titulada "Llave". Esta historieta me ha permitido utilizar el modelo 3D que Fran Hernandez tuvo la generosidad de realizarme. Sospecho que este trasto lo voy a dibujar bastante en el futuro y quería que tuviera consistencia. 

Esta semana no hay más material de otro tipo porque estoy metido en un pico de trabajo y sigo teniendo solo dos manos. Pero si todo va bien, la próxima carta será el cierre de la primera temporada de Lazaretto Island.

También será la última carta...

...hasta la vuelta de vacaciones*. Dejar estos boletines programados no me apetece nada, porque intento que las cartas reflejen el momento inmediato en el que estoy y no me apetece enviarte cartas que hayan estado en la nevera. Además, si yo tengo ganas de desconectar en las vacaciones, imagino que tú estarás en la misma tesitura. En septiembre, de esta manera, nos rencontraremos con más ganas e ilusión. 

*Menudo mago del suspense, que fiera. 

Ya publiqué esto unas cartas atrás, pero me mola demasiado como para no volver a hacerlo. Imagen: Fran Hernandez.

Paranormal Activity in da house.  

¿Has llegado aquí por un enlace? ¡Suscríbete!

UNA CANCIÓN.

Esta canción suena a rave apocalíptica, con esa base de sonido industrial (que me ha recordado mucho al último zambombazo de Trent Reznor y Atticus Ross), actitud nihilista y postpunk y unas curiosas pinceladas de música tradional Klezmer.

Si te gusta bailar como si se fuera a acabar el mundo, esta es tu mierda. 

Fotografía: Holly Whitaker.

UN PELÍCULA.

Me gustan mucho las películas de terror, pero no conecto nada con las películas basadas en sustos. De ahí que disfrute bastante con esta nueva ola de pelis de terror más basadas en ambientes que en el típico jumpscare. "Terror elevado", lo llaman. Una etiqueta tan subnormal como la de "novela gráfica", pero cada uno palía sus complejos como puede. 

Independientemente de la chorrada de esa etiqueta, he gozado bastante con joyas como "Hereditary", "It Follows", "Midsommar", "Gretel & Hansel", "El Faro", "La Bruja", "Men"... y bastantes películas más que siguen esta tendencia de cuidado por introducirte en ambientes extraños más que en que saltes de la silla cada 5 minutos. La productora A24 ha tenido mucho que ver al respecto. 

"Late Night with the Devil" (o "El último late night" en castellano, que me parece un título más adecuado por una vez) sigue en cierta medida esta tendencia y viene precedida por una campaña importante de boca a boca.  Filmin ha estado rápida en adquirir sus derechos y ahí he podido verla. 

La peli se divide en dos partes, una introducción en formato documental sobre la trayectoria del protagonista, un cómico que hace carrera como presentador de late night setentero. Esta parte la he disfrutado mucho (como te he comentado, disfruto mucho de la narrativa documental o periodística) y una segunda parte que es la emisión íntegra de la última emisión del programa que conduce, con partes intercaladas de cámara en mano en blanco y negro rodadas en las supuestas pausas comerciales del programa que ayudan a entender mejor la relación entre los personajes. 

La película en ese punto, por tanto, tiene el formato y color de una emisión real de los años 70. 

El prota (y productor), por cierto, es David Dastmalchian, un caso paradigmático de segundas oportunidades hollywoodienses y que se ha convertido en una (inquietante) presencia habitual en las películas de Christopher Nolan y Denis Villeneuve. 

Película con un planteamiento potente y original, que aglutina distintos formatos y una nueva manera de entender el concepto de "found footage" (invento de Cervantes, por cierto). Aunque hubo momentos en los que estaba totalmente dentro de la peli, puede que se me haya quedado un poco a medias, sobre todo en su climax, en el sentido de que me ha parecido que su propuesta podría haber ido mucho más lejos, pero puede también que las expectativas, una vez más, hayan jugado en mi contra. 

Aún así, me ha parecido muy curiosa e interesante. Creo que te puede gustar incluso si no te atraen las películas de terror. Si te interesa verla después de leer esto, no busques más información sobre ella y disfrútala. 

 

© AGC Studios, Good Fiend Films, Future Pictures, Spooky Pictures

Y con esto me despido hasta dentro de dos viernes. Muchas gracias por leer y recuerda que si quieres comentarme algo, puedes hacerlo por redes sociales, por correo electrónico o en los comentarios de las publicaciones de la página, ya sea para comentar algo de mis proyectos o para realizarme tú alguna recomendación que deba tener en cuenta. Será genial poder leerte. 

Cuídate mucho.  Un abrazo. 

LEER CARTAS ANTERIORES

Dónde encontrarme también:

facebook  twitter  linkedin  youtube  instagram 


Jose Azorín 2024.